EL NUEVO NACIMIENTO
A John Wesley se le preguntó por qué predicaba tan a menudo la frase “es necesario nacer otra vez”. Él respondía: “Porque es necesario nacer otra vez”. ¿Ha nacido USTED otra vez? Si no lo ha hecho, no tiene esperanza de escapar de los terrores del infierno o de disfrutar de la gloria del cielo. Él Señor Jesús dijo: “…os es menester nacer otra vez”. (Juan 3:7)
LO QUE EL NUEVO NACIMIENTO NO ES
1. No es religión. Nicodemo era un fariseo, un religioso muy estricto. Él celebraba la pascua, oraba, presentaba sacrificios, pagaba sus diezmos, y trataba de guardar la ley. Pero el Señor Jesús le dijo: “Os es menester nacer otra vez.”
El guardar la ley, el congregarse en la iglesia, el ser bautizado, vivir de acuerdo a un credo religioso, no le salvará. En el infierno habrán muchos de los que guardaron todo esto. ¿Y usted? Es NECESARIO nacer otra vez.
2. No es moralidad. Puede tratar de vivir de acuerdo con la regla de oro, pagar sus deudas, ser un buen vecino, mantenerse fuera de la cárcel, vivir una vida moral limpia, pero todo esto no lo salvará.
No está escrito que el Señor dijo: “Es menester nacer otra vez” al cobarde y fluctuante Pilato o al falso e hipócrita Judas. ¿Por qué? Porque usted respondería: “Yo sé que hombres miserables e hipócritas como Judas, y hombres como Pilato necesitan nacer otra vez, pero yo no soy como ellos. No traicionaría a Cristo con un beso después de haberle profesado mi amistad. No enviaría a golpear a Jesús para luego entregarlo a una muchedumbre sedienta de sangre para ser crucificado. Los bandidos, malhechores, adúlteros, chismosos, mentirosos, borrachos, apostadores viciosos, necesitan nacer otra vez, pero yo no. Yo estoy bien”.
Amigo mío, ¿está usted consciente que el Hijo de Dios dijo estas palabras acerca del nuevo nacimiento a un hombre que estaba dando lo mejor de sí mismo para ganar el cielo? Sin lugar a duda este hombre no era un estafador, ni borracho o apostador. Era un esposo fiel, un buen vecino, un hombre de moral limpia y además un hombre religioso. Si él necesitaba nacer otra vez, también es necesario que usted lo haga. Si Nicodemo no podía llegar al cielo sin nacer otra vez, ¿Cómo espera usted lograrlo?
3. No es una reforma. Aunque usted dejara atrás todas sus maldades no significa que usted ha nacido otra vez. Su problema no está en el exterior sino en el interior. No necesita decoración exterior sino una regeneración interna. Satanás quiere que usted descanse en una falsa paz. Le advertimos en el nombre de Jesús, no se sienta satisfecho a menos que haya nacido otra vez.
LO QUE EL NUEVO NACIMIENTO ES
1. Es un misterio inexplicable – una realidad que ningún hombre puede explicar. “El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu”. (Juan 3:8) Así como Nicodemo no podía entender ni explicar el viento, así el hombre no puede entender ni explicar el nuevo nacimiento.
El viento es una realidad que el hombre no puede explicar. Solamente el necio diría: “No creo en el viento porque nunca lo he visto y no lo puedo entender”. Vea al viento mecer las grandes ramas de un roble. Véalo derribar una casa y convertirla en astillas. ¡No se puede negar la realidad del viento! Usted no puede ver al Espíritu Santo. No lo puede explicar. Pero sí puede ver su poderosa fuerza que convierte a una ramera en mujer pura, al mentiroso en honrado, al borracho en sobrio, al blasfemo en hombre piadoso. ¡Trate de negar esta realidad!
2. Es la obra de Dios por la cual un pobre, perdido y culpable pecador, merecedor del infierno, que al recibir al Señor Jesús obtiene una nueva naturaleza que lo convierte en un hijo de Dios. Es por la obra de Él que este pecador lleva una nueva vida. Es un segundo nacimiento – un nacimiento espiritual. La vida física comienza con el nacimiento. La vida espiritual comienza igualmente, no por congregarse en una iglesia y hacerse religioso. Usted no puede UNIRSE a la familia de Dios, usted TIENE QUE NACER dentro de ella. Alguien dijo: “No se puede hacer un cristiano de un hombre cualquiera”. Es verdad. Los cristianos no son HECHOS, son NACIDOS.
El nacimiento es el entrar a una nueva vida, que tiene la naturaleza de los padres. Al nacer por primera vez, usted heredó la naturaleza vieja, la naturaleza pecaminosa que todos heredamos de Adán. Al nacer de nuevo, usted participa de la naturaleza divina. (2 Pedro 1:4) ¿Es esto una realidad en usted? ¿TIENE USTED la naturaleza divina?
No importa que profesión de fe usted haya hecho, ni cuan buena persona sea usted moralmente, si no participa de la naturaleza divina, usted no es salvo. Dios le otorga esta nueva naturaleza en el momento que usted recibe a Su Hijo. Es instantáneo. No se lleva a cabo gradualmente. Así como es imposible estallar un cohetillo poco a poco, también es imposible nacer de nuevo por etapas.
Al nacer de nuevo, se empieza a vivir una nueva vida. Esto es lo que sucedió cuando usted nació por primera vez – empezó a vivir una vida que jamás había experimentado.
Algunas personas piensan que irán al cielo porque tuvieron el valor de levantarse y hacer su declaración de fe públicamente durante un servicio. Asegúrese de haber nacido de nuevo. Puede haber un cambio espectacular en la vida de un borracho, de un blasfemo, pero también en una vida que no ha descendido hasta las profundidades del pecado. Necesariamente habrá un cambio en su vida al nacer de nuevo. Experimentará una actitud diferente hacia el Señor Jesucristo, Su Palabra y Su gente.
¿Está SEGURO de que ha nacido otra vez? Tal vez no sepa la hora o el día exacto en que decidió confiar en Cristo, pero debería poder decir: “AHORA sí sé que he nacido de nuevo”. Si no está seguro de este acontecimiento tan importante, le ruego diga al Señor Jesucristo que lo recibirá ahora. En seguida lea Juan 3:36 y créalo. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna”.
POR QUÉ ES NECESARIO QUE USTED
NAZCA OTRA VEZ
1. Porque el Señor Jesucristo lo dijo. Eso es más que suficiente.
2. Porque usted tiene una naturaleza pecaminosa.La naturaleza que todos recibimos de Adán es baja, corrupta, totalmente depravada. Dios dice que el corazón del hombre es engañoso y perverso, más que todas las cosas. Con esta naturaleza vieja, usted no podría gozarse en el cielo. Si no encuentra ningún gozo en una reunión de oración ahora, ¿cómo espera encontrar gozo en el cielo después? El cielo es un lugar sagrado. Al nacer de nuevo, Dios le otorga una naturaleza piadosa con la que puede gozarse en el cielo – un lugar santo.
3. Porque usted no puede salvarse a si mismo. “Porque por gracia sois salvos por la fe, y esto no de vosotros, es el don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe” (Ef. 2:8-9). “No por las obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia, nos salvó” (Tito 3:5). No tome ligeramente estos versículos de la Santa Palabra de Dios. Léalos una y otra vez hasta que se aferre a esta verdad. Usted no puede salvarse a sí mismo, TIENES QUE nacer otra vez.
CÓMO NACER OTRA VEZ
“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre: Los cuales nacieron, no de sangre, ni de voluntad de la carne, ni de voluntad de hombre, sino de Dios” (Juan 1:11-13).
1. No es de sangre – Usted no es cristiano por el hecho de que sus padres lo sean. Usted no hereda la salvación de sus padres. Aunque sus parientes sean salvos, si usted no ha nacido de nuevo, está perdido.
2. Ni de voluntad de la carne – No es por su propio esfuerzo, ni por su fuerza de voluntad. Fracasará. ¿Por qué no deja de esforzarse? En vez de esforzarse, confíe, reciba, dependa de Aquel que murió y resucitó.
Si le preguntara si es hijo de Dios, usted respondería: “No lo sé con certeza, pero estoy tratando de serlo, a mi pobre manera, a mi modo”. Ahora, suponga que usted pregunta a Juanito Pérez si él es hijo del Señor y de la Señora de Pérez, y él le responde: “No lo sé con certeza, pero estoy tratando de serlo, a mi pobre manera, a mi modo”. ¡Qué tontería! No es hijo de ellos por estar tratando de serlo, sino porque nació dentro de su hogar. Si usted es hijo de Dios, no lo es solamente por que esté tratando de serlo, sino porque usted HA NACIDO dentro de Su familia.
3. Ni de voluntad de hombre – No es a través de ningún credo religioso, sistema o ceremonia. Ningún hombre u organización puede hacer algo para convertirlo en hijo de Dios. Congréguese donde quiera, participe en ceremonia tras ceremonia, aprenda credos de memoria y trate de cumplir con las reglas y regulaciones de sistemas hechos por el hombre, pero todo esto no lo salvará.
Oí a un hombre testificar: “He sido presidente del estudio bíblico para hombres de nuestra iglesia durante los últimos 2 años, pero no fui salvo sino hasta hace dos meses”. Durante 22 meses, el presidente del estudio bíblico, un miembro de la iglesia, creyente de Dios y de la Biblia, estaba perdido, porque no había nacido otra vez.
4. Sino de Dios Él Señor Jesús dijo que es necesario nacer “del ESPÍRITU”. Es obra de Dios, no suya. Es un milagro. Solamente Dios lo pudo realizar, Si Dios no ha obrado en su vida, usted no ha nacido de nuevo. La parte que a usted le corresponde es la de creer que Dios está pendiente de usted, reconocer que está perdido, que necesita a Cristo y recibirlo como su Señor y Salvador.
Él murió en el Calvario para satisfacer la integridad y justicia de Dios, llevando sobre sí el peso y castigo de nuestros pecados. Resucitó y hoy está sentado a la diestra de la Majestad de lo alto y se le brinda a usted como la salvación de Dios. Al recibirlo, usted será salvo. La Biblia dice que somos “hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gál. 3:26).
Usted no recibe a Cristo por medio de tomar la comunión. Recibe a Cristo por fe. Solamente dígale que lo desea recibir como su Salvador personal.
Un amigo mío, predicador del Evangelio, me contó que antes de ser salvo era superintendente de una escuela dominical. Una señora mencionó que fue miembra de la iglesia durante 38 años antes de ser salva.
Antes de que sea demasiado tarde, nuevamente le ruego, por su bien, por el bien de su familiar, por Jesús, que no tome esto frívolamente. Ríndase a los pies del Señor Resucitado y dígale que lo recibirá ahora. “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”
(I Juan 5:12).
Incline su cabeza y diga: “Señor, soy un pecador perdido, culpable y desvalido. Creo firmemente que sufriste en la cruz por mis pecados y que moriste en mi lugar para pagar mi culpa. Creo también que resucitaste. Te invoco y clamo para que perdones mis pecados y para que me des la vida eterna”. Seguidamente, lea Rom. 10:13: “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” ¿Lo ha invocado usted? ¡Entonces Él dice que usted ya es salvo!
Lea Juan 6:47: “El que cree en mí, tiene vida eterna”. ¿Creyó usted en Él? ¿Lo recibió y confió en Él para su salvación? ¡Entonces, Él dice que usted tiene la vida eterna!